Desde hace varias semanas, ha circulado en varios medios de comunicación la denuncia ciudadana de los ciudadanos de la comunidad de Fábrica María en Otzolotepec, pues aseguran que su Centro de Salud se encuentra en deplorables condiciones y que las autoridades municipales a cargo de Erika Sevilla Alvarado no se han pronunciado al respecto, ni siquiera para realizar alguna faena para hacer algo por el inmueble, aunque, a decir verdad, necesitaría una remodelación completa.
Pero esta situación no es lo único que aqueja a la ciudadanía y aunque se le ha hecho saber la situación, pareciera no importarle pues fue ignorada categóricamente mientras continúan las banalidades como la reciente Feria del Chumiate en el marco de la erección municipal de Otzolotepec, en el que la alcaldesa propuso nada menos queun presupuesto de 2 millones 230 mil pesos más IVA para la realización, justificándose en que traerían artistas importantes.
Y aunque aún se desconoce en cuánto salió cada numerito, entre esos “importantísimos” artistas que al parecer tanto le gustan a la alcaldesa, está Jorge Medina, quien, según publicaciones de una famosa revista de espectáculos, llega a cobrar 56 mil dólares, que sería más de un millón pesos por presentación, a lo que habrá que sumarle todos los demás costos.
Presumiblemente Erika Sevilla tiene más vena de sonidera, de organizadora de eventos o hasta de promotora musical que de gobernante, pues si le vamos sumando, en menos de medio año, los eventazos de Sevilla Alvarado acumulan varios millones de pesos, dinero que bien podría ser utilizado por ejemplo, en brindar mejor infraestructura para centros de salud que así lo requieran. Algo que no va muy acorde a la famosa austeridad que se promueve en su corriente política.
Y no es que la gente no se lo merezca, pero haciendo un balance de las necesidades del pueblo se debería encontrar un equilibrio entre las celebraciones y atender al pueblo que lo necesita.
La realidad es que, si por una vez esta administración no echara la casa por la ventana y se contentara con una celebración más sobria, podría alcanzar fácilmente para remodelar en su totalidad un centro de salud. ¿O no alcanza con dos millones 230 mil pesos? Al final, usted lector, tiene la mejor opinión, ¿qué es mejor para el municipio, unas horas de música y baile o un centro de salud digno que mitigue el rezago que tanto preocupa en Otzolotepec?
Osvado García
