Como es lógico para todo aquel que debe gastar su dinero en algo que necesita, procura siempre ver opciones y comparar precios y presupuestos y así elegir la que más le convenza en precio y calidad. Lo mismo pasa en los gobiernos municipales, donde la ley indica que la mejor manera de hacerlo es la licitación pública, procedimiento por el cual se emite una convocatoria para que las empresas del ramo compitan y presenten un proyecto y presupuesto para realizar la obra que plantea el gobierno.
Esta forma de ver opciones es la que recomienda la Secretaría de la Función Pública del gobierno federal, pues su “esencia se encuentra en la competencia”, ya que, al ofertar entre empresas, y en el entendido de que quieren beneficiarse de tener como “cliente” al gobierno, lógicamente ofrecen un mejor precio. Incluso el artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya que señala que “a fin de asegurar al estado las mejores condiciones disponibles en cuanto a precio, calidad, financiamiento, oportunidad y demás circunstancias pertinentes”, obras y servicios “se adjudicarán o llevarán a cabo a través de licitaciones públicas mediante convocatoria pública para que libremente se presenten proposiciones solventes”.
¿Pero qué es lo que pasa en Otzolotepec? La alcaldesa Erika Sevilla no ha utilizado este procedimiento en los últimos 3 años que ha gobernado (2021, 2022 y 2023), que son los de los que entregó información el ayuntamiento a través de transparencia, pues según su oficio de respuesta, no hay información de los años 2019 y 2020.
Así, en los últimos tres años, solo se han realizado adjudicaciones directas e invitaciones restringidas, como si el gobierno municipal ya tuviera a sus empresas consentidas para que realicen las obras que el pueblo requiere.
Esto afecta a la transparencia con que se ejercen los recursos, pues da pie a la sospecha de que, como ha pasado en muchos otros casos, se tengan estos contratos “amarrados” a cambio de presuntas cantidades que se llevan los funcionarios que escogen a las empresas.
Como se ha mostrado en otras ocasiones, en las que el ayuntamiento esconde ciertas cosas que se le solicitan en transparencia, el paso de Erika Sevilla como presidenta está marcado por la aparente opacidad y la falta de información en materia financiera y de uso de recursos.
Osvaldo García