¡Pan y Circo!
Está semana nos llamó mucho la atención, que un ciudadano levantara polvo en las redes sociales, quejándose del estado en que se encuentran las calles en el municipio de Tenango Del Valle, algunas de estas calles por las aguas del pasado periodo de lluvias, y otras tantas, porque nuestro flamante alcalde, empieza su segundo periodo de gobierno, y a través de la dirección de obras públicas, ha empezado algunas obras, y que no las concluyen en tiempo y forma, solo pican y las dejan inservibles.
Un vecino del Parque Industrial menciona que la calle Rafael Vilchis Gil de Arévalo, habían comenzado a desbastar la calle, por supuestas obras pluviales, sin embargo, a seis meses de haber comenzado la obra, el resultado hasta este momento es un verdadero desastre en la misma, ya que se encuentra en el abandono y los únicos que sufren son los propios ciudadanos que hacen uso de la vía, poniendo en peligro sus vidas ya que hay hoyos y que algunas personas podría pasar por la noche y caer.
Sin embargo, esto no parece ser un caso aislado, ya que más ciudadanos se unieron a la denuncia, y comentaron hechos similares en diferentes comunidades de dicho municipio.“Pues en la calle Octavio Paz, en la Unidad Real de Tetetla, San Francisco Tetetla, nada más dejaron la tierra levantada, provocando tolvaneras por toda la calle, y con ello contaminando los pulmones de los ciudadanos que habitan en la zona.
Lo ridículo y poco espectacular, es que este espécimen político llamado Roberto Bautista, conocido como el padrino mágico, cuando inaugura una nueva obra, salga a las calles con banda de música desde al ayuntamiento.
Es un insulto para la población que trate de llamar la atención con una banda de música para hacer ruido y que vean que esta trabajando, que sus asesores solo saben adularlo por las tonterías que hace, en vez de decirle que calladito se ve más bonito, la vieja política de pan y circo. ya no funciona, que mejor realice su trabajo como debe de ser y en silencio que la ciudadanía eso es lo que aprecia.
Luis Garduño