Recordará que el año pasado, la mayoría de las obras que se realizaron en el municipio de Joquicingo se fueron por el procedimiento de asignación conocido como “invitación restringida”, que es la forma en que el gobierno sólo invita a unas cuantas empresas para que realicen tales obras y entre ellas repartirse estos trabajos. En 2022, de las 21 obras programadas a realizarse en el municipio, 19 las van a asignar por invitación restringida, como se dio a conocer en este Semanario en su momento.
Aun cuando la misma Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos contempla en su artículo 134 que “a fin de asegurar al estado las mejores condiciones disponibles en cuanto a precio, calidad, financiamiento, oportunidad y demás circunstancias pertinentes”, obras y servicios “se adjudicarán o llevarán a cabo a través de licitaciones públicas mediante convocatoria pública para que libremente se presenten proposiciones solventes”, el gobierno que preside Rausel Cervantes prefiere no abrir licitaciones públicas, donde en igualdad de posibilidades cualquier empresa que cumpla con los requisitos puede concursar por las obras, y como dice la Constitución, con la competencia se pueden mejorar los presupuestos para que convenga al municipio.
Bueno, eso fue el año pasado y para este año, el “mayestro” Rausel ha aprendido la lección, pero al parecer ¡para mal!, pues ya no son 19 de 21 obras bajo este esquema, sino que, como señala el programa anual de obras 2023, de las 23 obras a realizar, las 23 serán por invitación restringida.
Presumiblemente, la intención de esta administración no es que se favorezca al municipio, sino precisamente a las empresas, que, mediante este mecanismo excluyente, descarta otras opciones para realizar las obras.
Asimismo, esta práctica se presta a muchas sospechas respecto a la forma en que las empresas obtienen los trabajos, pues se ha dado en otras administraciones, que se elige a tal o cual empresa a cambio de una “comisión” para los funcionarios, parte que sale de bajar calidad en materiales y construcción.
Y precisamente en por eso que sería lo ideal que las obras se asignaran mediante la licitación pública, pues es un mecanismo mucho más transparente y en el que se deben publicar las razones de la resolución. Pero como aparentemente en esta administración entre menos se den a conocer los números y los nombres detrás de estás invitaciones restringidas, que igualmente son restringidas porque el pueblo no se entera de cómo se asignarán los 21 millones 746 mil 957 pesos que contempla el programa anual de obras 2023.
Osvaldo García